El yoga es mucho más que una serie de posturas: es un espacio para escucharte reconocerte, equilibrar tu energía y reconectar contigo. Para aprovechar al máximo tu práctica, es importante prepararte de manera adecuada con el tiempo necesario para ir sin prisa. Aquí encontrarás algunas recomendaciones sencillas pero esenciales.
En un mundo donde el estrés se ha vuelto parte de la vida diaria, encontrar herramientas efectivas para regular nuestro sistema nervioso es más importante que nunca. La práctica de yoga es una poderosa herramienta para reducir el estrés, restaurar el equilibrio y promover una sensación de bienestar profundo.
¿Qué es el estrés?
El estrés no es exclusivo de los humanos. Existe desde antes que la humanidad. Se trata de la respuesta natural de los seres vivos a los cambios en su entorno, un mecanismo de defensa necesario para la adaptación y la supervivencia.
Muchas veces me han contactado personas interesadas en tomar clases de yoga confesándome inseguridad por no ser delgadas o mencionando tener sobrepeso, y preguntando si pueden practicar a pesar de no ser nada flexibles.
Es normal sentir inseguridad e incertidumbre al intentar algo nuevo. También pienso que se ha creado una imagen distorsionada sobre la práctica de yoga por los diferentes medios de comunicación, tanto tradicionales como digitales, en los que se explota demasiado la imagen de modelos jóvenes, delgados y fuertes practicando yoga. Esto puede crear la idea de que la flexibilidad y un cuerpo atlético o delgado son condiciones previas para practicar. Como practicante y como maestro, te digo que la práctica de yogasanas (posturas de yoga) es posible para cualquier persona que se proponga practicarlas.
Con años de experiencia practicando yoga, me resulta evidente que en México la mayor parte de los practicantes de yoga son mujeres, no sé con exactitud el motivo, pero tengo la impresión que tiene que ver con las cualidades que se le atribuyen culturalmente al género másculino (fuerza, competitividad, valentía, acción etc.) y las cualidades que desde el desconocimiento se le atribuyen al yoga (atención, contemplación, reflexión, suavidad, contención, flexibilidad, meditación).